Oscura obsesión
Con estas mismas manos que buscan suplicantes
la llave para abrir corazones y oídos
he desangrado el sueño y he pretendido antes
los más férreos olvidos.
Con estos mismos ojos vencidos por el llanto
que observan con frecuencia oscuridad y arena
he equivocado el rumbo y he pecado ya tanto
que el vivir me enajena.
Con esta misma boca que me niega mil veces
y que me da el silencio de unas horas gastadas
las palabras me saben a soledad y a peces
que como a dentelladas.
Con estos mismos huesos que un día serán tierra
y habitarán la noche de la que no hay regreso
siento todo el vacío de un polvo que me aterra
sin perdón, sin un beso.
Con estos mismos pies hundidos en el fango
que incansables vagaron tantas horas sin rumbo
he de bailar al fin las notas de algún tango
mientras, triste, sucumbo.
© 2000, Juan Ballester
Si quieres escucharlo en mi propia voz pincha aquí:
Gramática nocturna
Quítate los pronombres,
que quiero verte abierta sin que me duela el aire,
que quiero que los peces no silencien tu rostro.
Despójate del verbo
para que el agua sepa dónde está la mañana
y mis manos no pierdan sus raíces
y la noche no pueda devorar las aceras.
Tira tus adjetivos
para que solo quede tu cuerpo cristalino
y esos labios manchados de sonrisa
y esa carne inundada de fuego y de promesas.
Sácate los adverbios
y déjame escuchar los ecos de tu ausencia,
de la ausencia insensible que me duele
al mirarme por dentro.
© 2003, Juan Ballester
domingo, 6 de abril de 2008
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