ARTE POETICA
Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea
Y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Más no por eso tenemos fuerza;
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.
¡Por qué cantais la rosa, oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema;
Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.
El poeta es un pequeño Dios.
EL ESPEJO DE AGUA
Mi espejo, corriente por las noches,
se hace arroyo y se aleja de mi cuarto.
Mi espejo, más profundo que el orbe
donde todos los cisnes se ahogaron.
Es un estanque verde en la muralla
y en medio duerme tu desnudez anclada.
Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos,
mis ensueños se alejan como barcos.
De pie en la popa siempre me veréis cantando.
Una rosa secreta se hincha en mi pecho
y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo.
POEMA FUNERARIO
El pájaro de lujo ha mudado de estrella
Aparejad bajo la tempestad de las lágrimas
Vuestro ataúd a vela
Donde se aleja el instrumento del encanto
En las vegetaciones de los recuerdos
Las horas en torno de nosotros hacen sus viajes
Va rápido
Va rápido impulsado por los suspiros
El mar está cargado de naufragios
Y yo he alfombrado el mar para su paso
Así es el viaje primordial y sin pasaje
El viaje instructivo y secreto
En los corredores del viento
Las nubes se apartan para que él pueda pasar
Y las estrellas se encienden para mostrar el camino
Qué buscas en los bolsillos de tu chaqueta
Has perdido la llave
En medio de ese zumbido celeste
Vuelves a encontrar en todas partes tus horas envejecidas
El viento es negro y hay estalactitas en mi voz
Dime Guillermo
Has perdido la llave del infinito
Una estrella impaciente iba a decir que hace frío
La lluvia aguzada comienza a coser la noche
INVIERNO PARA BEBERLO
El invierno ha llegado al llamado de alguien
Y las miradas emigran hacia los calores conocidos
Esta noche el viento arrastra sus chales de viento
Tejed queridos pájaros míos un techo de cantos sobre las avenidas
Oíd crepitar el arcoiris mojado
Bajo el peso de los pájaros se ha plegado
La amargura teme a las intemperies
Pero nos queda un poco de ceniza del ocaso
Golondrinas de mi pecho qué mal hacéis
Sacudiendo siempre ese abanico vegetal
Seducciones de antesala en grado de aguardiente
Alejemos en seguida el coche de las nieves
Bebo lentamente tus miradas de justas calorías
El salón se hincha con el vapor de las bocas
Las miradas congeladas cuelgan de la lámpara
Y hay moscas
Sobre los suspiros petrificados
Los ojos están llenos de un líquido viajero
Y cada ojo tiene un perfume especial
El silencio es una planta que brota al interior
Si el corazón conserva su calefacción igual
Afuera se acerca el coche de las nieves
Trayendo su termómetro de ultratumba
Y me adormezco con el ruido del piano lunar
Cuando se estrujan las nubes y cae la lluvia
Cae
Nieve con gusto a universo
Cae
Nieve que huele a mar
Cae
Nieve perfecta de los violines
Cae
La nieve sobre las mariposas
Cae
Nieve en copos de olores
La nieve en tubo inconsistente
Cae
Nieve a paso de flor
Nieva nieve sobre todos los rincones del tiempo
Simiente de sonido de campanas
Sobre los naufragios más lejanos
Calentad vuestros suspiros en los bolsillos
Que el cielo peina sus nubes antiguas
Siguiendo los gestos de nuestras manos
Lágrimas astrológicas sobre nuestras miserias
Y sobre la cabeza del patriarca guardián del frío
El cielo emblanquece nuestra atmósfera
Entre las palabras heladas a medio camino
Ahora que el patriarca se ha dormido
La nieve se desliza se desliza
se desliza
Desde su barba pulida
ALTAZOR
Canto II
Mujer el mundo está amueblado por tus ojos
Se hace más alto el cielo en tu presencia
La tierra se prolonga de rosa en rosa
Y el aire se prolonga de paloma en paloma
Al irte dejas una estrella en tu sitio
Dejas caer tus luces como el barco que pasa
Mientras te sigue mi canto embrujado
Como una serpiente fiel y melancólica
Y tú vuelves la cabeza detrás de algún astro
¿Qué combate se libra en el espacio?
Esas lanzas de luz entre planetas
Reflejo de armaduras despiadadas
¿Qué estrella sanguinaria no quiere ceder el paso?
En dónde estás triste noctámbula
Dadora de infinito
Que pasea en el bosque de los sueños
Heme aquí perdido entre mares desiertos
Solo como la pluma que se cae de un pájaro en la noche
Heme aquí en una torre de frío
Abrigado del recuerdo de tus labios marítimos
Del recuerdo de tus complacencias y de tu cabellera
Luminosa y desatada como los ríos de montaña
¿Irías a ser ciega que Dios te dio esas manos?
Te pregunto otra vez
El arco de tus cejas tendido para las armas de los ojos
En la ofensiva alada vencedora segura con orgullos de flor
Te hablan por mí las piedras aporreadas
Te hablan por mí las olas de pájaros sin cielo
Te habla por mí el color de los paisajes sin viento
Te habla por mí el rebaño de ovejas taciturnas
Dormido en tu memoria
Te habla por mí el arroyo descubierto
La yerba sobreviviente atada a la aventura
Aventura de luz y sangre de horizonte
Sin más abrigo que una flor que se apaga
Si hay un poco de viento
Las llanuras se pierden bajo tu gracia frágil
Se pierde el mundo bajo tu andar visible
Pues todo es artificio cuando tú te presentas
Con tu luz peligrosa
Inocente armonía sin fatiga ni olvido
Elemento de lágrima que rueda hacia adentro
Construido de miedo altivo y de silencio
Haces dudar al tiempo
Y al cielo con instintos de infinito
Lejos de ti todo es mortal
Lanzas la agonía por la tierra humillada de noches
Sólo lo que piensa en ti tiene sabor a eternidad
He aquí tu estrella que pasa
Con tu respiración de fatigas lejanas
Con tus gestos y tu modo de andar
Con el espacio magnetizado que te saluda
Que nos separa con leguas de noche
Sin embargo te advierto que estamos cosidos
A la misma estrella
Estamos cosidos por la misma música tendida
De uno a otro
Por la misma sombra gigante agitada como árbol
Seamos ese pedazo de cielo
Ese trozo en que pasa la aventura misteriosa
La aventura del planeta que estalla en pétalos de sueño
En vano tratarías de evadirte de mi voz
Y de saltar los muros de mis alabanzas
Estamos cosidos por la misma estrella
Estás atada al ruiseñor de las lunas
Que tiene un ritual sagrado en la garganta
Qué me importan los signos de la noche
Y la raíz y el eco funerario que tengan en mi pecho
Qué me importa el enigma luminoso
Los emblemas que alumbran el azar
Y esas islas que viajan por el caos sin destino a mis ojos
Qué me importa ese miedo de flor en el vacío
Qué me importa el nombre de la nada
El nombre del desierto infinito
O de la voluntad o del azar que representan
Y si en ese desierto cada estrella es un deseo de oasis
O banderas de presagio y de muerte
Tengo una atmósfera propia en tu aliento
La fabulosa seguridad de tu mirada con sus constelaciones íntimas
Con su propio lenguaje de semilla
Tu frente luminosa como un anillo de Dios
Más firme que todo en la flora del cielo
Sin torbellinos de universo que se encabrita
Como un caballo a causa de su sombra en el aire
Te pregunto otra vez
¿Irías a ser muda que Dios te dio esos ojos?
Tengo esa voz tuya para toda defensa
Esa voz que sale de ti en latidos de corazón
Esa voz en que cae la eternidad
Y se rompe en pedazos de esferas fosforescentes
¿Qué sería la vida si no hubieras nacido?
Un cometa sin manto muriéndose de frío
Te hallé como una lágrima en un libro olvidado
Con tu nombre sensible desde antes en mi pecho
Tu nombre hecho del ruido de palomas que se vuelan
Traes en ti el recuerdo de otras vidas más altas
De un Dios encontrado en alguna parte
Y al fondo de ti misma recuerdas que eras tú
El pájaro de antaño en la clave del poeta
Sueño en un sueño sumergido
La cabellera que se ata hace el día
La cabellera al desatarse hace la noche
La vida se contempla en el olvido
Sólo viven tus ojos en el mundo
El único sistema planetario sin fatiga
Serena piel anclada en las alturas
Ajena a toda red y estratagema
En su fuerza de luz ensimismada
Detrás de ti la vida siente miedo
Porque eres la profundidad de toda cosa
El mundo deviene majestuoso cuando pasas
Se oyen caer lágrimas del cielo
Y borras en el alma adormecida
La amargura de ser vivo
Se hace liviano el orbe en las espaldas
Mí alegría es oír el ruido del viento en tus cabellos
(Reconozco ese ruido desde lejos)
Cuando las barcas zozobran y el río arrastra troncos de árbol
Eres una lámpara de carne en la tormenta
Con los cabellos a todo viento
Tus cabellos donde el sol va a buscar sus mejores sueños
Mi alegría es mirarte solitaria en el diván del mundo
Como la mano de una princesa soñolienta
Con tus ojos que evocan un piano de olores
Una bebida de paroxismos
Una flor que está dejando de perfumar
Tus ojos hipnotizan la soledad
Como la rueda que sigue girando después de la catástrofe
Mi alegría es mirarte cuando escuchas
Ese rayo de luz que camina hacia el fondo del agua
Y te quedas suspensa largo rato
Tantas estrellas pasadas por el harnero del mar
Nada tiene entonces semejante emoción
Ni un mástil pidiendo viento
Ni un aeroplano ciego palpando el infinito
Ni la paloma demacrada dormida sobre un lamento
Ni el arcoiris con las alas selladas
Más bello que la parábola de un verso
La parábola tendida en puente nocturno de alma a alma
Nacida en todos los sitios donde pongo los ojos
Con la cabeza levantada
Y todo el cabello al viento
Eres más hermosa que el relincho de un potro en la montaña
Que la sirena de un barco que deja escapar toda su alma
Que un faro en la neblina buscando a quien salvar
Eres más hermosa que la golondrina atravesada por el viento
Eres el ruido del mar en verano
Eres el ruido de una calle populosa llena de admiración
Mi gloria está en tus ojos
Vestida del lujo de tus ojos y de su brillo interno
Estoy sentado en el rincón más sensible de tu mirada
Bajo el silencio estático de inmóviles pestañas
Viene saliendo un augurio del fondo de tus ojos
Y un viento de océano ondula tus pupilas
Nada se compara a esa leyenda de semillas que deja tu presencia
A esa voz que busca un astro muerto que volver a la vida
Tu voz hace un imperio en el espacio
Y esa mano que se levanta en ti como si fuera a colgar soles en el aire
Y ese mirar que escribe mundos en el infinito
Y esa cabeza que se dobla para escuchar un murmullo en la eternidad
Y ese pie que es la fiesta de los caminos encadenados
Y esos párpados donde vienen a vararse las centellas del éter
Y ese beso que hincha la proa de tus labios
Y esa sonrisa como un estandarte al frente de tu vida
Y ese secreto que dirige las mareas de tu pecho
Dormido a la sombra de tus senos
Si tú murieras
Las estrellas a pesar de su lámpara encendida
Perderían el camino
¿Qué sería del universo?
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miércoles, 26 de agosto de 2009
sábado, 15 de agosto de 2009
El poeta del mes - Vicente Huidobro
Vicente Huidobro (Santiago de Chile 10 de enero de 1893 - Cartagena, Chile, 2 de enero de 1948), era hijo de un matrimonio adinerado vinculado a la actividad política y bancaria. Cursó la enseñanza primaria con institutrices privadas y la secundaria en el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús. Y aunque fue crítico con la enseñanza jesuítica, tomó de ella una postura elitista ante la vida. La situación desahogada de su familia le permitió, además, realizar desde su juventud frecuentes viajes por Europa, que le valieron un profundo enriquecimiento cultural y una depuración de sus gustos estéticos.
Particularmente intenso desde el punto de vista de la la experiencia intelectual fue el período en que residió en París, a partir de 1916, trabando relación con muchos de los grandes artistas e intelectuales del momento: Picasso, Juan Gris, Max Jacob, etc., y colaborando en publicaciones culturales, junto a los más grandes de la poesía francesa: Guillaume Apollinaire, Pierre Réverdy, Tristan Tzara, André Breton, Louis Aragon, etc.
Durante su estancia en París establece su teoría poética que se denominará creacionismo, que puede resumirse en la búsqueda de la independencia del poema respecto de la realidad, en lugar de tratar de imitarla, de tal modo que el poeta se convierte en un creador, un demiurgo capaz de insuflar a su creación de un aliento vital tan poderoso que se podría comparar, incluso, con las creaciones de la propia Naturaleza. Una frase puede sintetizar esta idea: “¿Por qué cantáis la rosa, ¡oh poetas!? / Hacedla florecer en el poema”.
Elllo deriva en la necesidad de crear imágenes nuevas y un lenguaje poético capaz de romper con todos los niveles de la lengua y generar también su propia sintaxis; para ello se apoya en la yuxtaposición de frases, palabras o sonidos, característica ésta que será una de las constantes del Creacionismo.
Vicente Huidobro llegó a Madrid en 1918 y de inmediato lideró un grupo de poetas afines a su estética creacionista. Por aquel entonces ya había publicado seis poemarios editados en su país natal, uno en Buenos Aires y otro en París (Horizon Carré), pues el poeta escribía tanto en español como en francés, lo que en buena medida contribuyó a su éxito a nivel internacional.
En mayo de 1922, Huidobro presentó en París una exposición de trece poemas en forma de caligramas. En el catálogo de la exposición figuraba un retrato de poeta dibujado por Pablo Picasso y una crítica elogiosa de sus poemas escrita por Gerardo Diego.
Regresó por un largo período a Chile en 1925, iniciando una intensa actividad literaria y política, con la fundación de la revista La Reforma y sus numerosas colaboraciones en Andamios, Panorama y Ariel. En el terreno político fundó un diario, Acción, desde el que defendía sus ideas contrarias al militarismo. Candidato a presidente, fracasó estrepitosamente en los comicios de 1925, lo que le causó no poca amargura.
Alrededor de 1930 fue cuando dio los toques finales a sus dos obras cumbres, dos poemarios que, desde el momento mismo de su aparición estaban llamados a situarse en los puestos cimeros de la literatura universal. Se trata, por una parte, de Altazor o el viaje en paracaídas, un poema mayor en siete cantos que narra la caída del hombre y el encuentro con la mujer, con la poesía, y por otra, de Temblor de cielo, que constituyen en su conjunto la obra cumbre del Creacionismo y el mayor legado de Huidobro a la poesía.
Altazor plantea el drama del hombre moderno, al que califica de “animal metafísico cargado de congojas”. Altazor es de alguna forma el otro yo poético y humano de su autor.
Huidobro está considerado, sin duda alguna y en términos cronológicos, el primer gran poeta contemporáneo de la América Hispana, y su teoría poética, el creacionismo, es quizá el cuerpo de doctrinas estéticas más orgánico y coherente entre las denominadas escuelas de vanguardia en lengua española.
Entre su vasta obra poética destacan los siguientes títulos:
Ecos del alma, 1911.
Canciones en la noche, 1913.
La gruta del silencio 1913.
Las pagodas ocultas 1914.
Adán 1916.
El espejo de agua 1916.
Horizon carré 1917.
Tour Eiffel 1918.
Hallali poème de guerre 1918.
Ecuatorial 1918.
Poemas árticos 1918.
Saisons choisies 1921.
Automne régulier 1925.
Tout à coup 1925.
Temblor de cielo 1931
Altazor o el viaje en paracaídas 1931.
Ver y palpar 1939.
El ciudadano del olvido 1941.
Cultivó también la prosa, siendo de destacar dos novelas de cierta relevancia: Mío Cid Campeador, y Sátiro o el poder de las palabras.
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El poeta del mes,
Huidobro Vicente
domingo, 11 de enero de 2009
Efemérides literarias
ENERO:
10 de enero:
Publicaciones:
1514 La “Biblia Complutense”, primera edición multilingüe
1929 “Tintín”, célebres historietas
Estrenos:
1900 "El patio", de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero
Nacimientos:
1797 Anette von Droste-Hülshoff, poetisa alemana
1880 Manuel Azaña, político, escritor y Presidente de la II República española
1882 Alexei Tolstoi, novelista soviético
1893 Vicente Huidobro, poeta chileno
1928 Manuel Alcántara, escritor español
1956 Antonio Muñoz Molina, novelista español
Defunciones:
1951 Sinclair Lewis, prosista estadounidense, premio Nobel en 1930
1961 Dashiell Hammett, novelista estadounidense
1986 Jaroslav Seifert, poeta checo, premio Nobel en 1984
10 de enero:
Publicaciones:
1514 La “Biblia Complutense”, primera edición multilingüe
1929 “Tintín”, célebres historietas
Estrenos:
1900 "El patio", de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero
Nacimientos:
1797 Anette von Droste-Hülshoff, poetisa alemana
1880 Manuel Azaña, político, escritor y Presidente de la II República española
1882 Alexei Tolstoi, novelista soviético
1893 Vicente Huidobro, poeta chileno
1928 Manuel Alcántara, escritor español
1956 Antonio Muñoz Molina, novelista español
Defunciones:
1951 Sinclair Lewis, prosista estadounidense, premio Nobel en 1930
1961 Dashiell Hammett, novelista estadounidense
1986 Jaroslav Seifert, poeta checo, premio Nobel en 1984
viernes, 2 de enero de 2009
Efemérides literarias
ENERO:
2 de enero:
1716 Se publica el Decreto fundacional de la Biblioteca Real Española, precedente de la actual Biblioteca Nacional
Publicaciones:
1885 “El alcalde de Casterbridge”, de Thomas Hardy
Estrenos:
1843 “El holandés errante”, ópera con letra y música de Richard Wagner
Premios:
1934 Vicente Aleixandre, Premio Nacional de Poesía
Nacimientos:
1566 Luisa de Carvajal y Mendoza, escritora española
1920 Isaac Asimov, novelista y divulgador científico estadounidense de origen ruso
1922 Blaga Dimitrova, escritora búlgara
1934 Víctor García de la Concha, filólogo, profesor y académico español
Defunciones:
1614 Luisa de Carvajal y Mendoza, escritora española
1948 Vicente Huidobro, poeta chileno
1984 Sebastian Juan Arbó, escritor español
1997 Juan Corominas, filólogo y escritor español
2002 Pablo Antonio Cuadra Cardenal, escritor nicaragüense
2 de enero:
1716 Se publica el Decreto fundacional de la Biblioteca Real Española, precedente de la actual Biblioteca Nacional
Publicaciones:
1885 “El alcalde de Casterbridge”, de Thomas Hardy
Estrenos:
1843 “El holandés errante”, ópera con letra y música de Richard Wagner
Premios:
1934 Vicente Aleixandre, Premio Nacional de Poesía
Nacimientos:
1566 Luisa de Carvajal y Mendoza, escritora española
1920 Isaac Asimov, novelista y divulgador científico estadounidense de origen ruso
1922 Blaga Dimitrova, escritora búlgara
1934 Víctor García de la Concha, filólogo, profesor y académico español
Defunciones:
1614 Luisa de Carvajal y Mendoza, escritora española
1948 Vicente Huidobro, poeta chileno
1984 Sebastian Juan Arbó, escritor español
1997 Juan Corominas, filólogo y escritor español
2002 Pablo Antonio Cuadra Cardenal, escritor nicaragüense
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