La selva de los cisnes

Nadan sobre las aguas limpias y cristalinas
ajenos a esos ojos que los miran astutos,
y mientras nadan sueñan con cielos impolutos
y lagos sin contorno y mares sin espinas.

Son cisnes que, perdidos en la selva del mundo,
aislados de sus fuentes, de su estanque y su luna
dibujan siluetas en pos de la fortuna
sin saber de las bestias que pueblan lo profundo.

Es tan grande el silencio de sus noches oscuras
y tan altas las copas del bosque que les ciega,
que, asustados, reclaman esa luz que no llega
y el rumor de las aves surcando las alturas.

Cuántos son los reptiles que juegan con su suerte,
con bocas como sierras, enormes y aguzadas,
qué peligros ignotos esconden las miradas
de esos seres terribles que apresuran su muerte.

© Juan Ballester