No será esta noche,
ni mañana. Atardecida
ha de estar la tarde,
quejumbrosa y agrietada,
para que el silbido
de este céfiro indiscreto
murmure a escondidas
lo que pronto ha de saberse.
No será esta noche
cuando emerjan los presagios,
llueve demasiado,
no ha cesado el tintineo.
Prefiero el silencio
como eterna sinfonía,
corta despedida
de un ocaso que se acerca.
No será esta noche,
ni mañana, cuando muera.
No será esta noche.
No será. Sigue lloviendo...
© Ana Álvarez (Khala)
jueves, 20 de noviembre de 2008
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