domingo, 14 de diciembre de 2008

Despedida

Me asomo a la ventana, aún no ha amanecido,
algunos pajarillos estrenan trinos nuevos.
Mi garganta está seca de pronunciarte en sueños,
hasta la madrugada reconoce tu nombre.

Apenas unas horas para que rompa el día
con los coches rugiendo por mugrientas calzadas;
las aceras plomizas, que aún rezuman pisadas,
se preparan de nuevo para el triste desfile.

Hoy como tantos días, recorreré mi jaula,
abierta y sin barrotes, de paredes podridas,
de promesas inciertas sin firmas ni abogados;
un techo repartido entre cuatro pilares.

Me asomo a la ventana haciendo un fotograma
de lo que siempe han sido las vistas de mi vida.
El cielo amarillea el cielo compungido
y cambia los colores de mi vieja maleta.

Emprenderé un viaje, tal vez indefinido,
me alejaré del blanco, del azul de mi cielo.
Tu nombre paladeo, se avecina el momento.
La madrugada huye pronunciando mi nombre.

© Ana Álvarez (Khala)

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