SU VIDA
Félix Rubén García Sarmiento nació en Metapa (Nicaragua), el 18 de enero de 1867.
Sus padres se separaron siendo él aún muy pequeño, y se crió con una abuela, que lo presentó en Managua como artista prodigio, colaborando para la prensa local tanto con prosa como con verso. A los 15 años pasó a El Salvador, ya en calidad de periodista. En 1886 se traslada a Chile y publica poemas y artículos en la prensa de Santiago, haciendo del periodismo su modo de vida.
Tras la publicación de "Azul" (1888) vuelve a Centroamérica, donde se casa con Rafaela Contreras. Su primer hijo nace en 1891, y en 1893 muere su esposa.
Casado de nuevo en Nicaragua con Rosario Murillo, se separó pronto y para siempre de su segunda mujer.
Viajero infatigable, recorrió Estados Unidos, Argentina y Europa. Residió en Buenos Aires hasta 1898, ejerciendo como periodista y como empleado de Correos. Allí en compañía de Lugones, Leopoldo Díaz y otros da el impulso definitivo al movimiento modernista.
En 1892 viajó a España como delegado de Nicaragua en las celebraciones del centenario del descubrimiento de América estableciéndose en nuestro país como corresponsal del periódico La Nación. Aquí escribió muchos de sus mejores poemas.
En 1900 fija su residencia en París y viaja por Italia y Europa Central. Ese mismo año conoce a Francisca Sánchez, mujer de origen humilde con la que consiguió constituir un verdadero hogar y con la que tuvo un hijo.
Tras una breve estancia en America, regresa a España en 1907 como diplomático, en representación de su país, aunque es destituido de sus cargos políticos en 1910 debido a un cambio de régimen, lo que le lleva a establecerse en París como periodista.
Con motivo de una gira por Estados Unidos fue abandonado por su empresario y volvió a Nicaragua muy acabado por el abuso de alcohol. Allí, en la ciudad de León, murió de hidropesía el 6 de febrero de 1916.
SU OBRA
Sus primeros poemas son una mezcla de tradicionalismo, romanticismo, al estilo del poeta español Gustavo Adolfo Bécquer, con una temática comprometida con lo social;
"Abrojos" (1887), "Rimas" (1888), y "Canto épico a las glorias de Chile" (1888).
Este mismo año publica "Azul" (1888, revisado en 1890), obra todavía romántica sobre la exaltación del amor como algo armónico con la naturaleza y el cosmos.
Está dividido en cuatro partes: 'Primaveral', donde desarrolla el tema del amor sexual como algo sagrado, en la línea del Cantar de los cantares; 'Estival' gira en torno al amor como instinto; en 'Autumnal' el amor se canta como nostalgia y, por último, en 'Invernal' aparece un amor mundano y moderno capaz de desafiar la climatología y las estaciones ya que los amantes se refugian en -lechos abrigados… cubiertos de pieles de Astrakán-.
A este libro debe que sea considerado como el creador del modernismo; escritores como Ramón María del Valle-Inclán, Antonio Machado, Leopoldo Lugones o Julio Herrera y Reissig le reconocieron como el creador e instaurador de una nueva época en la poesía en lengua española.
Sus viajes por Europa y América, aclamado como gran poeta, le llevan a París y a entrar en contacto con los poetas parnasianos y simbolistas que transformarán sus concepciones poéticas: abandona el provincialismo regionalista y local por una poesía de la universalidad en la cual el poeta se siente tocado por la misión trascendente de contar al mundo -los lectores- cómo es su vida cotidiana pero a través de símbolos herméticos -metáforas y otras figuras literarias-, para lo cual recurre tanto a la naturaleza, la historia, la mitología, otras obras literarias o la ciencia, pero alejado y distante, en aras de encontrar el ideal poético.
En "Prosas profanas" (1896 y 1901), obra simbolista y llena de exótica imaginería, desarrolla de nuevo el tema del amor pero ya no busca la armonía con la naturaleza sino con el arte.
La originalidad de Rubén Darío está en haber sabido expresar los gustos y sentimientos de su época. Canta al amor y transgrede normas sociales para conseguirlo, lo cual le culpabiliza y esta culpa también la expresa, pero no renuncia a sus fines y su placer.
Formalmente creó una poesía elevada y refinada con muchos elementos decorativos y resonancias musicales; "Cantos de vida y esperanza" (1905) es el mejor ejemplo de ello, donde expone cómo el Arte supera a la Naturaleza, que se manifiesta a veces como un caos, y es capaz de poner orden, de restablecer la armonía divina, y como tema de fondo su preocupación por el futuro de la cultura hispana.
Otra faceta de la obra rubeniana es la de poeta cívico ya que compone poemas tanto para exaltar un glorioso hecho nacional o un héroe, como para realizar una amarga censura.
"El canto errante" (1907), un libro en el que afrontó los eternos problemas de la humanidad, es su libro, conceptualmente, más universal.
En el poema 'A Colón' expresa el espanto que supuso el descubrimiento y enaltece la ingenuidad de la América indígena; en 'A Roosevelt' evalúa a latinos y anglosajones medidos por el patrón materialista de estos últimos.
Aunque intentó elevar la poesía política y sacarla de los cánones retóricos complacientes, no consiguió en estos poemas una obra tan elegante como en el resto de sus composiciones, a pesar de que utilizó su lenguaje característico rico en símbolos.
La crítica lo atribuye a que el problema político no lo sintió realmente en su piel, era algo racional que exigía su compromiso pero que no vivía.
En 1910 ve la luz "Poema de otoño y otros poemas". A partir de ese año se produce en Europa un movimiento constante en busca de nuevas experiencias artísticas que buscan lo variopinto, lo moderno, en un momento de crisis espiritual; es el origen de las vanguardias.
Rubén Darío, que ya se había entregado al -arte por el arte-, vive en propias carnes la contradicción: el arte no resuelve y cae en un profundo abandono vital que le lleva a las más variadas excentricidades y bohemias y al consumo excesivo de alcohol.
En 1913, cae en un profundo misticismo y es cuando se retira a la isla de Mallorca. Allí empieza a escribir una novela "La isla de oro" -que nunca llegó a concluir- en la que sobre todo analiza el desastre hacia el que está caminando Europa. También compone "Canto a Argentina y otros poemas" (1914), un libro dedicado a este país en el año de la celebración de su centenario, en que quiso seguir el modelo del "Canto a mí mismo" de Walt Whitman pero es una obra menor, casi de compromiso, sin la intensidad de sus grandes poemas.
SIGNIFICADO E IMPORTANCIA DE RUBÉN DARIO EN LA POESIA EN LENGUA ESPAÑOLA
Rubén Darío es un hito en las letras hispánicas. El modernismo surgió con él y es puente obligado entre las letras de España y Latinoamérica. En un momento en que en España la poesía decaía y se repetía a sí misma sobre calcos vacíos, aportó una savia que, junto con Bécquer, inició el camino para la recuperación, cuyos frutos mas brillantes fueron Juan Ramón Jiménez, las vanguardias y, más tarde, la llamada generación del 27.
En Latinoamérica su influencia no fue menor. Aunque la crítica hispánica siempre tuvo en un alto concepto a Darío, desde el centenario de su nacimiento en 1967 su obra se revalorizó notablemente. Se le considera la mejor representación de la expresión americana e hispánica, y a él se debe el desarrollo en las letras hispanas de la búsqueda constante de nuevas formas y lenguajes.
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