TEMÁTICA DEL SONETO
VII.- El soneto religioso (II)
* La Virgen María
Como el triste piloto que por el mar incierto
se ve, con turbios ojos, sujeto de la pena
sobre las corvas olas, que, vomitando arena,
lo tienen de la espuma salpicado y cubierto,
cuando sin esperanza, de espanto medio muerto
ve el fuego de Santelmo lucir sobre la entena,
y, adorando su lumbre, de gozo el alma llena,
halla su nao cascada surgida en dulce puerto,
así yo el mar surcaba, de penas y de enojos,
y, cual tormenta fiera, ya de las aguas hondas
medio cubierto estaba, la fuerza y luz perdida,
cuando miré la lumbre, ¡oh Virgen!, de tus ojos,
con cuyos resplandores, quitándose las ondas,
llegué al dichoso puerto donde escapé la vida.
(Pedro de Espinosa: A la santísima Virgen María, con ocasión de haberle guiado en las tormentas del alma)
* * *
Guadalupe es el nombre de la Virgen indiana
que lleva del azteca, como signo de amor,
en los ojos, la noche de su negra obsidiana,
en la frente, la sombra de su eterno dolor.
Tiene endrino el cabello, cual la muda y la arcana
aflicción de esa raza de broncíneo color.
Las excelsas mejillas de la faz soberana
son dolientes y oscuras cual violetas en flor.
Bajo el áurea diadema, las miradas sombrías
brillan intensamente, dulces, pías,
de las densas pestañas en el suelto capuz.
Y los lisos cabellos -luengos mantos de penas-
esclavizan la gloria de sus sienes morenas
como el trágico símbolo de esa raza sin luz.
(Rafael López: Guadalupe)
+ La Anunciación
¡Oh querer ser! Dejad que el tiempo centre
este deseo núbil. Porfiad
havia el candor naciente, oh senos; dad
vustra savia de luz... que el ángel entre.
Bendito sea el fruto de tu vientre,
oh rosa oscura de maternidad,
sombría cuenca de la claridad.
Inmaculada noche el niño encuentre.
Ternura de alabastro y de la vida,
tendido río y leve sol creciente.
Purísima, oh mi amor, madre de auroras.
Fluye tu luz de vida, sin medida.
¡Oh entregada, olvidada del poniente!
¡Oh luz de tus entrañas creadoras!
(Vicente Gaos: Joven madre - La Anunciación)
+ La Asunción
Plata de candelabros retorcidos,
hilo de seda y llama voladora,
luna en diadema, túnica de aurora,
rayos de sol al pedestal ceñidos.
Pluma de cisnes y ángeles. Tañidos
de dorado metal, pompa sonora,
palio de estrellas. Sube la señora
a los cielos combados y partidos.
Bajo el signo del tálamo y ojiva,
grupo de fe, manos en alto, apura
señas de ausencia, muerte fugitiva.
Y del recuerdo de la Virgen pura
-nieve de mármol y guirnalda viva-,
brotan las rosas de la sepultura.
(Ángel Valbuena Prat: Soneto barroco a la asunción)
* Eucarístico
Si pan es lo que vemos, ¿cómo dura,
sin que comiendo dél se nos acabe?
Si Dios, ¿cómo en el gusto a pan nos sabe?
¿Cómo de sólo pan tiene figura?
Si pan, ¿cómo le adora la criatura?
Si Dios, ¿cómo en tan chico espacio cabe?
Si pan, ¿cómo por ciencia no se sabe?
Si Dios, ¿cómo le come su hechura?
Si pan, ¿cómo nos harta siendo poco?
Si Dios, ¿cómo püede ser partido?
Si pan, ¿cómo en el alma hace tanto?
Si Dios, ¿cómo le miro y le toco?
Si pan, ¿cómo del cielo ha descendido?
Si Dios, ¿cómo no muero yo de espanto?
(f. Luis de León (atrib): Preguntas de amor)
* * *
Cuando en mis manos, Rey eterno, os miro
y la cándida víctima levanto,
de mi atrevida indignidad me espanto
y la piedad de vuestro pecho admiro.
Tal vez el alma con temor retiro,
tal vez la doy al amoroso llanto;
que, arrepentido de ofenderos tanto,
con ansias temo y con dolor suspiro.
Volved los ojos a mirarme humanos;
que por las sendas de mi error siniestras
me despeñaron pensamientos vanos.
No sean tantas las miserias nuestras
que a quien os tuvo en sus indignas manos
vos le dejéis de las divinas vuestras.
(Lope de Vega: Temores en el favor)
* Santos o santas
Tiraban Dios y el hombre al blanco un día
flechas de amor y de crueldad tirana,
por ver quién de los dos el premio gana,
que atado a un árbol el rigor tenía.
Dios, que del blanco lo que Dios sabía,
tiraba con destreza soberana;
erraba el hombre con malicia humana,
porque la mira contra Dios ponía.
Era de entrambos Sebastián el cierto
blanco en un tronco, donde ramas hechas
las flechas le dejaron tan cubierto.
Que puesto que a matarle iban derechas,
quedó de Dios, y no del hombre muerto:
que en las flechas de Dios rompió sus flechas.
(Lope de Vega: A San Sebastián)
* El cielo
Clara fuente de luz, nuevo y hermoso,
rico de luminarias, patrio cielo,
casa de la verdad sin sombra o velo,
de inteligencias ledo, almo reposo.
¡Oh cómo allá te estás, cuerpo glorioso,
tan lejos del mortal caduco velo,
casi un Argos divino alzado a vuelo,
de nuestro humano error libre y piadoso!
¡Oh patria amada, a ti sospira y llora
ésta en su cárcel alma peregrina,
llevada errando de uno en otro instante;
esa cierta beldad que me enamora,
suerte y sazón me otorgue tan benina
que, do sube el amor, llegue el amante.
(Francisco de Aldana: Al cielo)
* Personajes bíblicos
Los ojos, Hieremías, con que leo
tus altas y sagradas profecías,
el llanto me los vuelve, Hieremías,
pues hoy la olla que miraste veo.
Hierve la llama, y, en volumen feo,
el humo que consume nustros días
ciega, y del Aquilón las herejías
nos acerca por áspero rodeo.
Del Aquilón a todos se reparte
el mal; díjolo Dios; así sucede:
no vale contra el cielo fuerza o arte.
Y si a Dios por nosotros no intercede
su clemencia, en el llanto acompañarte,
sobre sí propio, nuestro siglo puede.
(Francisco de Quevedo: A Jeremías)
* * *
Pálida como pálida azucena;
la blonda cabellera destrenzada;
de hinojos ante Cristo atribulada,
llorando está sus culpas Magdalena.
Tiembla, suspira, punzadora pena
se refleja en su lánguida mirada;
besa los pies del Salvador cuitada
y los unge con nardo y con verbena.
-"Padre, Padre, la impura penitente
espera tu perdón en su quebranto:
toque Tu diestra mi lasciva frente".
Clama la pecadora con espanto;
y alzándola Jesús, dijo clemente:
-"Te perdono, mujer; amaste tanto..."
(Clementa Gutiérrez del Mazo: Magdalena)
domingo, 22 de febrero de 2009
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