sábado, 14 de marzo de 2009

Tipología del soneto (XXXII)

TEMÁTICA DEL SONETO

IX El soneto sobre la poesía y el “metasoneto”

Incluyo en este bloque los sonetos dedicados al proceso de creación poética, a la inspira­ción, las musas, etc. De ellos, cobra especial relevancia el tema del soneto mismo, bien sea tratando de defi­nirlo en versos o haciendo hincapié en la dificultad o el respeto que produce un soneto correctamente construido. Aunque se trata obviamente de un tema menor, hay excelen­tes ejem­plos, tanto en el Siglo de Oro como durante el Neoclasicismo, Modernismo y Postmodernis­mo. También fuera de España existen abun­dantes mues­tras sobre el tema.

Los llamados “metasonetos” se suelen agrupar en tres apartados: sonetos al soneto en general, sonetos a un soneto en particular, y sonetos del soneto. Nosotros los hemos dividido en una serie de subgrupos: definición del soneto, nacimiento y evolución, proce­so de crea­ción, las reglas del soneto, el mal soneto. Me he permitido la osadía incluso de incluir un soneto propio sobre el tema, que espero sabrán perdonar los lectores de este blog.


* La poesía

Seas mi vida tú, Santa Poesía,
música de la imagen, claro velo
tras el que una vorágine de cielo
abre la noche desmayando el día.

Sé tú la que haga de la fuente mía
dureza pura del cristal de anhelo,
suavidad sobre cármenes de vuelo
y grama de temblores en umbría.

Dame la nota que tu cumbre lleva
a las torres bucólicas del alba
cuando un alto silencio se desnieva.

Salva para mi verbo lo que salva
del surco, el aire que a jardín eleva
el campo de humildades de la malva.

(Vicente Echeverría: Santa Poesía)

* * *

Tantos rosales en mi huerto crecen
y son todos tan pródigos en rosas,
que las abejas y las mariposas
ebrias de miel y aromas desfallecen!...

Hasta las mismas brisas palidecen!...
Podo y podo sus ramas espinosas;
y cuanto más las podo más viciosas,
más fragantes y pródigas florecen!...

Cuántos versos, Señor!... Tanta poesía
es una enfermedad del alma mía,
gérmenes que el amor deja dispersos!...

Qué culpa tengo yo, si floreciente,
mi alma, enferma de amor constantemente,
es una eterna primavera en versos?...

(Francisco Villaespesa: Amor y poesía)


* La rima

Macizas ruedas en pesado carro,
al eje fijas, rechinante rima,
¡con qué trabajo llegas a la cima
si al piso se te pone algún guijarro!

Al tosco buey, que no al corcel bizarro,
el peso bruto de tu lanza oprima
pues al buey sólo tu chirrido anima
cuando en piedras te atascas o en el barro.

Mas en tanto no quede, sin maraña,
la selva, como el mar, toda camino,
tira, noble corcel, de ese armatoste,

pues más te vale la coyunda extraña,
no siendo aún la libertad tu sino,
que estarte en el establo atado a un poste.

(Miguel de Unamuno: A la rima)


* Las musas

Sabia Polimnia en razonar sonoro
verdades dicta, disipando errores;
mide Urania los cercos superiores
de los planetas y el luciente coro;

une en la historia el interés decoro
Clío, y Euterpe canta los pastores;
mudanzas de la suerte y sus rigores
Melpómene feroz, bañada en lloro;

Calíope victorias; danzas guía
Terpsícore gentil; Erato en rosas
cubre las flechas del amor y el arco;

pinta vicios ridículos Talía
en fábulas que anima deleitosas;
y ésta le inspira al español Inarco.

(Leandro Fernández de Moratín: Las musas)

* * *

¿Hay quien quiera comprar nueve doncellas
esclavas, o a lo menos desterradas
de las tierras do fueron engendradas?
¿Hay quien las compre?; ¿Quién da más por ellas?

Fueron un tiempo en todo extremo bellas,
airosas, ricas, graves y estimadas;
y aunque de muchos fueron recuestadas,
bien pocos alcanzaron favor de ellas.

Ahora van las tristes mendigando
de puerta en puerta, rotas y baldías,
y aun por solo el comer se venderían.

Pues no son muy golosas; que en hallando
yerbas, flores u hojas, pasarían
con sombras frescas y con aguas frías.

(Francisco de Figueroa: Las musas en venta)


* El soneto

+ Definición

El soneto es el rey de los decires.
Hermoso como un príncipe encantado,
como una banda azul, cuadriculado
para que dentro de él ardas, delires.

Es preciso que bogues raudo y gires
entre sus olas y su muelle alzado:
quede tu pensamiento destrozado
cuando te lances de cabeza y vires.

Yo tengo en cada mano un buen soneto,
como dos remos de marfil y oro.
Yo conozco su íntimo secreto.

Es un silencio pronunciado a coro
por un labio desnudo, blanco, inquieto
y otro labio sereno, abril, sonoro.

(Blas de Otero: Su íntimo secreto)

+ Nacimiento y evolución

Nacía el numen de la fabla, al paso
que en sus forjas templábase el acero,
cuando al taller del recio Romancero
llegaron los tres Magos del Parnaso.

Dando rienda a los vuelos de Pegaso,
a la luz del mesiánico lucero,
lograron el celeste derrotero
Santillana, Boscán y Garcilaso.

Y queriendo rendir ante el monarca,
en la ofrenda de un órfico amuleto,
todo el oriente espléndido italiano,

enlazaron la lira de Petrarca,
con las catorce cuerdas del soneto,
a la cuna del verso castellano.

(José Fuentes Ruiz: Nacimiento del soneto)

* * *

Jacopo da Lentini, funcionario
de la Corte Imperial, vate discreto,
al combinar cuarteto con terceto
fijó un preciso molde literario.

Así nace el discurso lapidario
que seguimos haciendo; este soneto
en un ensayo más, siempre incompleto,
del perfecto soneto imaginario.

Petrarca, Borges, Lope, Garcilaso,
Quevedo, Shakespeare, Góngora y Cervantes
de esta idea alcanzaron la excelencia.

Manuel Machado presintió que, acaso,
en los catorce versos consonantes
de un hombre cabe entera la existencia.

(Antonio Cáceres: Homenaje al soneto)

+ Proceso de creación

Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.

Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.

Por el primer terceto voy entrando,
y aun parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.

Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce y está hecho.

(Lope de Vega)

* * *

Háseme ayer pasado todo el día
de labrar un soneto en la alta empresa,
que para amenizar la sobremesa
valiera de esta ilustre compañía.

Transcurrió la mañana cruda y fría
sin lograrlo jamás y harto me pesa
confesar que, a la tarde, mi promesa
llegué a temer que no se cumpliría.

Vino la noche a sorprenderme cuando
las clásicas medidas del cuarteto
con exacto compás iba tomando.

Y, aparejado el molde del terceto,
en el soneto me dormí pensando...
y soñé que, soñando, hice el soneto.

(Manuel Machado: Soneto sonetil de sobremesa)

+ Las reglas del soneto

Has de saber las reglas del soneto...
Lo primero, la rima, en consonante
y el verso endecasílabo; no obstante
a otras medidas puede estar sujeto.

Verso tras verso formas un cuarteto
y después el segundo, lo importante
es el ritmo, pausado y elegante;
en la música está todo el secreto.

Luego un terceto harás, y aquí, cuidado,
que has de emplear dos rimas diferentes
o tres, según tu gusto y tu provecho.

Y otro terceto al fin, bien rematado
con lo mejor de ti, con lo que sientes...
Cuenta si son catorce, y está hecho.

(Juan Ballester: Las reglas del soneto)

+ El mal soneto

"Al soneto, vecinos, al malvado,
al sacrílego, al loco, al sedicioso,
revolvedor de caldos, mentiroso,
afrentoso al señor que lo ha criado.

Atalde bien los pies, como el taimado
no juegue dellos, pues será forzoso
que el sosiego del mundo y el reposo
vuelva en un triste y miserable estado.

Quemalde vivo; muera esta cizaña,
y sus cenizas Euro las derrame
donde perezcan al rigor del cielo."

Esto dijo el honor de nuestra España,
viendo un soneto de discurso infame,
pero valióle poco su buen celo.

(Baltasar del Alcázar: Contra un mal soneto)

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