jueves, 15 de octubre de 2009

Tipología del soneto (XXXIX)

EL SONETO EN CUANTO A SU CONSTRUCCIÓN TEXTUAL Y A SU SINTAXIS (II)

Si nos atenemos a la estructura oracional en que se desarrolla en soneto, cabe hablar de sonetos uniora­cio­nales (empleados sobre todo en el Siglo de Oro), que coinciden muchas veces con los enumerativos, y pluriora­cionales, siendo estos últimos la moda­lidad más frecuente dentro de los sonetos.

Por otro lado, se pueden encontrar sonetos narrativos (poco frecuentes), expositivos (también llama­dos descriptivos), o dialogados; comparativos (en los que los tercetos desvelan el término real de la com­paración introduciéndolo con la partícula 'así') o antitéticos (en los que la cláusula final viene introdu­cida por la partícula 'pero', en oposición a todo lo dicho anteriormente); enunciados en forma positiva, negativa o interrogativa, etc. Vamos a presentar ejemplos de algunos de ellos.

* Soneto uniora­cio­nal

Es aquel que no incorpora puntos y seguido ni puntos y aparte. Los versos suelen terminar con una coma, y las estrofas con un punto y coma. A menudo presenta una estructura sintáctica de tipo 12 + 1.

Hermosas ninfas, que en el río metidas,
contentas habitáis en las moradas
de relucientes piedras fabricadas
y en columnas de vidrio sostenidas,

agora estáis labrando embebecidas,
o tejiendo las telas delicadas,
agora unas con otras apartadas
contándoos los amores y las vidas;

dejad un rato la labor, alzando
vuestras rubias cabezas a mirarme,
y no os detendréis mucho según ando,

que o no podréis de lástima escucharme,
o convertido en agua aquí llorando
podréis allá despacio consolarme.

(Garcilaso de la Vega)


* Soneto pluriora­cio­nal

Es aquel que incorpora varias frases, coincidentes o no con el final de cada verso, y cuyas estrofas suelen terminar con una pausa importante, marcada por un punto y aparte, siendo el supuesto normal. Puede a su vez estar dividido en tantas frases como versos tiene el poema, o en tantas como estrofas, o en un número indeterminado de ellas (más o menos de catorce), que podrán coincidir o no con los finales de verso.


¡Perla del mar! ¡Estrella de occidente!
¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo
la noche cubre con su opaco velo,
como cubre el dolor mi triste frente.

¡Voy a partir!... La chusma diligente,
para arrancarme del nativo suelo
las velas iza, y pronta a su desvelo
la brisa acude de tu zona ardiente.

¡Adiós!, ¡patria feliz, edén querido!
¡Doquier que el hado en su furor me impela,
tu dulce nombre halagará mi oído!

¡Adiós!... Ya cruje la turgente vela...
¡El ancla se alza... El buque, estremecido,
las olas corta y silencioso vuela!

(Gertrudis Gómez de Avellaneda: Al partir)

* * *

Tú pescador, tú cazador, por Soria.
No hay mal en estar solo, padre: es bueno.
Estar solo es partir. Dios está lleno
de los solos del mundo. A tu memoria

vueltas de soledad traigo. La noria
sola ha arrancado la palabra al seno
de la tierra, y a veces alzó cieno
por agua, y por metal arrancó escoria.

Pero en la soledad busqué mi puerta
día tras día. Y la tenía abierta
con la guardia de mi ángel, mi demonio.

Ya es tarde para amar la compañía.
Te veo solo, allá, en la Soria fría.
¿Será la soledad mi patrimonio...?

(José García Nieto: Padre solo)


* Soneto en forma negativa

Es aquel cuyos versos -todos o la mayor parte de ellos- comienzan con la partícula 'no' o 'ni', y que suele carecer de puntos y seguido o puntos y aparte.

No por el cielo ver correr estrellas,
ni por tranquilo mar navíos cargados,
ni en plaza tornear hombres armados,
ni a caza en bosque ver ninfas muy bellas;

ni en gran obscuridad volar estrellas,
ni llenos por abril de flor los prados,
ni galanes en sala aderezados,
ni en cabello bailar tiernas doncellas;

no el sol en el nacer de un claro día,
ni árboles de flor y fruta llenos,
ni fuego sobre nieve helada y fría;

ni todo cuanto hay más ni cuanto hay menos
de hermoso en el mundo, igualaría
vuestro dulce mirar, ojos serenos.

(Gutierre de Cetina)

* * *

No es artífice, no, la simetría
de la hermosura que en Floralba veo;
ni será de los números trofeo
fábrica que desdeña al sol y al día.

No resulta de música armonía
(perdonen sus milagros en Orfeo),
que bien la reconoce mi deseo
oculta majestad que el cielo envía.

Puédese parecer, mas no saberse;
puédese codiciar, no averiguarse,
alma que en movimientos puede verse.

No puede en la quietud difunta hallarse
hermosura, que es fuego en el moverse,
y no puede viviendo sosegarse.

(Francisco de Quevedo: Quiere que la hermosura consista en el movimiento)


* Soneto en forma interrogativa

Es aquel cuyos versos -todos o la mayor parte de ellos- comienzan con una pregunta, que puede o no ser respondida al final del poema. Cada una de las frases suele durar uno o dos versos y la división entre estrofas suele estar claramente marcada.

¿De qué sirven, Amor, ya tus saetas,
el corvo arco y mano rigurosa,
y la triunfante palma victoriosa
que hubiste del que rige los planetas?

¿Adónde está el poder con que sujetas
el mundo, sin jamás reservar cosa
de la fuerza robusta y poderosa
con que los libres pechos inquïetas?

¿Qué me hace saber que puedes tanto,
y ser hijo de diosa y descendiente
de Iove, regidor del cielo santo,

si aquella dura que mi mal no siente
así despoja a mí de alegre canto,
y a ti de ser llamado omnipotente?

(Juan de la Cueva)

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