miércoles, 17 de febrero de 2010

Tipología del soneto (XLI)

EL SONETO EN CUANTO A SU ESQUEMA FORMAL (II)

1.- SONETOS SIN RIMA (Continuación)

* Isométricos

1.- En versos bisílabos

Te
di
más
de

lo
que
fui
te

vas
más
de

lo
que
soy

(Pablo Jauralde: Miniaturas, 3)


2.- En versos octosílabos

Bajo las rotas columnas,
entre la nada y el sueño,
cruzan mis horas insomnes
las sílabas de tu nombre.

Tu largo pelo rojizo,
relámpago del verano,
vibra con dulce violencia
en la espalda de la noche.

Corriente oscura del sueño
que mana entre las ruïnas
y te construye de nada:

húmeda costa nocturna
donde se tiende y golpea
un mar sonámbulo, ciego.

(Octavio Paz: Monólogo)


3.- En versos eneasílabos

Los dedos de la lluvia pisan
en un recinto de cristales
encendidos, el lento piano
de tanta noche derramada.

Y voy y pienso. En la ventana
resbalan las mejillas, cruzan
las sombras húmedas sin nada
más que una gana de tristeza.

Y voy y callo otra vez, y callo.
A lo mejor consiste en esto,
en nada; mientras tanto miro

la inconsistencia de la lluvia,
que en silencio la noche horada
sin poder más que eso, caer.

(Pablo Jauralde)


4.- En versos dodecasílabos

instrumentos para quedarse de lado
se coge del cuello una mirada al peso
diga muy cien pronto de tantas las veces
se sube se toca se vaya se duele

los restos ni todo acude por tropieza
sube tres las letras con sal muy pequeña
sobre cebra no lo grites en los pasos
con pena y narices se junta un olor

se tapa con vieja más viejos si admite
cuidado lastima dos veces con pongas
abajo y arriba arríiiiiiba no llega

se vuelve rebaja se basta baraja
las veces las vacas las voces los vicios
se deja en la noche metido hasta el alba.

(Pablo Jauralde)


5.- En versos alejandrinos

Era agosto en la arena resplandecientemente
y andaba en mi reposo el bienestar del día
mientras, ágil, tu cuerpo recortaba en las olas
los litorales frescos de tu mundo de oro.

Mi pasión, desprendida de la inercia del cuerpo,
iba surcando el agua delante de tus brazos
y un dolor traspasaba mi soledad de hombre
al verte poseída por el pleno paisaje.

Hoy, pleamar helada, ¿con qué espumas te cubres?
Sin sirena ni sueño se entristece la playa
y la ardiente fatiga se despoja en la nieve.

El corazón entero aún se baña en tu sangre,
pero ya es otro espacio que no cabe en el sueño
quien te gana en la sombra lejos de mi agonía.

(Dionisio Ridruejo: Memoria del estío)


6.- En versos endecasílabos

Cantas y a sol y a cielo con tu canto
tu voz desgrana el cereal del día,
hablan los pinos con su lengua verde:
trinan todas las aves del invierno.

El mar llena sus sótanos de pasos,
de campanas, cadenas y gemidos,
tintinean metales y utensilios,
suenan las ruedas de la caravana.

Pero sólo tu voz escucho y sube
tu voz con vuelo y precisión de flecha,
baja tu voz con gravedad de lluvia,

tu voz esparce altísimas espadas,
vuelve tu voz cargada de violetas
y luego me acompaña por el cielo.

(Pablo Neruda: Soneto LII)

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