
Rafael Azcona
Vida del repelente niño Vicente
Ediciones Germán Plaza (Libros de humor "El Gorrión"), Barcelona, 1959
Vicente se portó muy bien en el bautizo. No berreó, no mordió a la madrina, no se hizo pipí en el padrino... En lugar de parecer un recién nacido, se portó como un guardia civil retirado. El niño era una cosa muy seria. No se sabe en qué momento comenzó a pensar, pero hay muchos motivos para suponer que eso sucedió en sus primeros meses. El repelente crío supo desde muy temprana edad dónde le apretaba el zapatito y dónde le escocía la epidermis.
Si el lector suspicaz cree que esto es exagerado, es mejor que arroje el libro a la caldera de la calefacción; pues de ahora en adelante el repelente niño Vicente va a ser mucho más inverosímil. Dentro de breves momentos comenzará a hablar, y entonces será Troya...
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