viernes, 23 de septiembre de 2011
Para amansar a las fieras (II)
- Entrando ahora en los instrumentos llamados de viento, me referiré en primer término a la flauta. Es uno de los principales integrantes de todas las orquestas. Suele ser de madera, de metal e incluso de plástico, y consiste en un tubito hueco con agujeros por donde sale el aire que sopla el músico, y que se tapan con los dedos para conseguir distintos sonidos o notas.
En realidad, su manejo es muy sencillo; hasta un burro podría tocarla. Los tipos de flautas más conocidos son la flauta dulce, la flauta salada (especial para diabéticos), la flauta de pan (especial para los comilones), la flauta travesera (especial para las personas ladinas y malintencionadas), la ocarina (que es muy parecida a un pato), y la flauta de Bartolo, que como es sabido, tenía un solo agujero.
- Ocupémonos seguidamente de la trompa. Es igualmente instrumento de viento y es metálica, resultando francamente bonita tanto en su aspecto como en su sonido, que varía al apretar unas espitas. Pesa bastante, y el que tropieza llevándola consigo corre el riesgo de darse un trompazo. Hay algunas variedades dignas de reseñar: el trompazo, el trompicón y el trompo o peonza.
- Similares características presenta la trompeta, un instrumento difícil de tocar si no se tienen buenos pulmones. Emite un sonido potente y es utilizado con asiduidad no sólo a nivel de orquesta sinfónica, sino también por grupos o solistas de jazz. Como tipos de trompeta podemos citar el mosquito de la trompetilla (popularizado por Quevedo), la corneta, el corno inglés (que circula por la izquierda y cuyo peso se mide en onzas, en lugar de en gramos), el unicornio (muy dificil de encontrar) y el tricornio, instrumento preferido por la Guardia Civil.
- También hay que recordar aquí el trombón. Se asemeja bastante a los anteriores, aunque no es tan bonito ni tan importante. Son especies de trombones: la tromba de agua, el trombón de varas y el de veras.
- El clarinete es otro de los instrumentos de viento, ya sea Bóreas, Noto, Euro o Céfiro. Es, junto con el saxofón, usado con frecuencia por los payasos, pero por supuesto donde alcanza todo su poderío es en la música sinfónica. El mecanismo que lo pone en funcionamiento consiste, como en todos los de su clase, en una serie de válvulas que cortan el aire que se sopla. Hay muchas variantes de clarinetes: el clarín, el azorín, el vino clarete y el clarividente.
- Quiero dedicar igualmente unas palabras al saxofón. Es un instrumento de metal con forma de S, que goza de gran popularidad en la música jazzística y en bandas militares, pero no tanto en la clásica. Debe su nombre a su inventor, el belga Adolfo Sax (hay que agradecer que no se apellidase Breewetheler). Como es un poco raro y de moderna creación, no tiene variedades dignas de ser reseñadas.
- Voy a hablar ahora de dos instrumentos a la vez, porque son tan extraños que pueden estudiarse juntos. Se trata del fagot y del oboe. El fagot, como su propio nombre no lo indica, consiste en un tubo largo de madera con agujeros y llaves, que se toca con una boquilla situada en el extremo de un hierrecito fino. El oboe, por su parte, parece un gordo caramelo que el músico debe de engullir, con peligro de atragantarse en la deglución. Tiene un sonido potente y nunca se desafina, de ahí que marque el tono a los demás instrumentos. El intérprete del oboe suele colocarse junto al del fagot, formando en la orquesta el núcleo de los raros. Clases de oboe: Margarita Cuéllar, de Madrid, de 6 a 8 de la tarde, tres días por semana. En Barcelona, también hay clases de oboe (informarse en el Conservatorio).
- Vamos a tratar a continuación de la tuba. Se trata de un instrumento torpón y gracioso, pues su sonido es capaz de dar un buen susto al oyente cada vez que el aire sale expelido por su ancha boca. Existen en todas las orquestas, pero se limitan a emitir un par de fogonazos en cada obra, de forma que es el instrumento ideal para los que no son muy dados a trabajar. En cambio, en las bandas de música callejera y de los pueblos, se le suele dar más protagonismo. Hay distintas modalidades de tubas: la tubería, el tubérculo, el contubernio, los animales tubulidentados, y tubas a la compra esta tarde.
- Citaré ahora la armónica. Es un instrumento que no tiene cabida en el repertorio clásico, siendo utilizado a nivel popular, y cuyo sonido es delicioso. Se trata de una pequeña cajita de madera y metal con agujeros cuadrados por los que se aspira o expira. Hay algunas especies de armónicas dignas de consideración, como por ejemplo la armónica Vitti, la armónica Seles, Santa Mónica, la región francesa de Armórica y la armónica que usa Bob Dylan.
- Toca el turno ya a la gaita. Es como si dijésemos una bota de vino de la que salen unos extraños palos de madera, y que en lugar de vino contiene solamente aire. Es de origen celta, y si se escucha con atención llega a producir dolor de cabeza. A su intérprete se le suele llamar despectivamente "soplagaitas". Tipos de gaitas son: la sidra "El Gaitero", famosa en el mundo entero, el gaito montés, y Agaita Christie.
- El acordeón es otro instrumento de carácter popular y circense. Actúa como un fuelle y su sonido es dulce y melodioso. Tiene en un costado unas teclas blancas y negras como las del piano, así como una serie de complicados botoncitos, como los chalecos. Las variedades más conocidas son el bandoneón, que parece un grueso libro desencudernado, y el bandolerismo.
- El último instrumento de viento al que voy a referirme es el pito. Es uno de los más sencillos de tocar, y de los más baratos. Sirve sobre todo para llamar al orden, y consiste en un tubito redondo, a veces con adornos, con una pequeña abertura por donde sale silbando el aire. Sólo emite una nota, en general desagradable, y es muy común que en su interior se introduzca una piedrecita o un garbanzo para que el sonido vibre. Hay incontables gamas de pitos: el pito del sereno, el del árbitro, Pepito, Pitágoras, la serpiente pitón, la pitonisa, don Agapito o el pitorreo.
[continuará]
© Juan Ballester
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