
¿Qué más puedo decir? ¿Qué puedo hacer ahora? Desgraciadamente, ya sólo me queda llorar, llorar, sólo eso, y recordarla a través de mis poemas.
Descansa en paz, Luzkarime.
Una luz (karime)
Hay una luz al fondo de la noche,
una luz que me llama, que me guía,
que parece anunciar un nuevo día
y a este tiempo de sed servir de broche.
Es por fin un camino, es una meta,
la recompensa a tanta incertidumbre;
siento esa luz, la dejo que me alumbre
llegando al corazón, donde se aprieta.
Una luz, una luz que vence al sueño,
que deja atrás desiertos, dudas, sombras,
ciénagas de silencio y cicatrices.
Una luz que al dolor vuelve pequeño,
que dibuja tu nombre en las alfombras
preludiando horizontes más felices.
© Juan Ballester
Hay una luz al fondo de la noche,
una luz que me llama, que me guía,
que parece anunciar un nuevo día
y a este tiempo de sed servir de broche.
Es por fin un camino, es una meta,
la recompensa a tanta incertidumbre;
siento esa luz, la dejo que me alumbre
llegando al corazón, donde se aprieta.
Una luz, una luz que vence al sueño,
que deja atrás desiertos, dudas, sombras,
ciénagas de silencio y cicatrices.
Una luz que al dolor vuelve pequeño,
que dibuja tu nombre en las alfombras
preludiando horizontes más felices.
© Juan Ballester
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