Quizá podría amarte como ama la rosa,
fragante y colorida, brillante y silenciosa;
como ama la lluvia con su beso mojado
a la flor, a sus hojas y su ser perfumado.
Quizá podría amarte, como ama en los jardines,
la estatua que acaricia con sus pies los jazmines,
y besa a los amantes que enlazados pasean,
y besa a las palomas de blancas azoteas.
Quizá podría amarte como el árbol frondoso
que crece junto al banco del dolor silencioso,
dando sombra al cansado, al triste, al afligido,
y al viejo vagabundo de cuerpo entumecido.
Quizá podría amarte como los manantiales
de las bocas pasadas que bebiste a raudales,
como aquellas mujeres que en tus versos ansiosos
te entregaban sus cuerpos en instantes gloriosos.
Quizá podría amarte callando la agonía
de creer que tu alma no es por completo mía.
Quizá soy poca cosa, quizá esté delirando...
mas nunca te amarán como te estoy amando.
© Ana Álvarez (khala)
viernes, 23 de mayo de 2008
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