miércoles, 2 de julio de 2008

Tipología del soneto (XIV)

Importancia del soneto en la literatura occidental (VI)

- Finalmente, el soneto, por estar escrito normalmente en versos endecasílabos, alcanza una elegancia y una sonoridad de la que carecen otras formas poéticas, sobre todo las de arte menor (romance, etc.); permite además introducir sugerentes epítetos e imágenes poéticas, y en definitiva deja un margen relativamente amplio a su autor para desarrollar sus habilidades técnicas.

No queremos cerrar este estudio previo sin hacer mención a ciertas voces discordantes que se ha alzado en contra del soneto. Así, el poeta francés Yves Bonnefoy declaró en unas conferencias que pronunció en Madrid a principios de 1993, que "a partir de Apollinaire el soneto era un composición de uso prohibido para cualquier poeta que se preciara". Esta afirmación tal vez sea plenamente aplicable a Francia u otros países, pero no tanto a España ni a Latinoamérica, en donde el soneto –le pese a quien le pese- sigue siendo piedra de toque dentro de la poesía lírica.
Y eso a pesar de que, en efecto, en estos tiempos del todo vale en que cualquiera se autoproclama escritor, poeta, autor o artista en general, existe un importante colectivo –tanto por su número como por su influencia mediática- de autores y críticos que consideran el soneto poco menos que un símbolo del pasado y al sonetista habitual como un sujeto apegado a la más rancia y obsoleta tradición y a ciertos valores ñoños y trasnochados.
Pero sea como fuere, el soneto sigue vivo, y hasta muchos de los más encumbrados y reconocidos poetas de nuestra lengua, poco sospechosos de tradicionalistas y obsoletos -caso por ejemplo de Pere Gimferrer- siguen echando mano de la estrofa de catorce versos como vehículo de expresión poética, bien en forma pura o revestidos de nuevos ropajes que, lejos de desnaturalizar la composición poética por excelencia, le dotan de nuevas posibilidades, de nuevos brillos y preciosos matices.
Y es que los siglos pasan, las modas van y vienen pero el soneto sigue estando presente, resistiendo vientos y mareas, tal vez porque un buen soneto no está al alcance de cualquiera. Y por eso seguramente esta mágica composición poética genera una bibliografía casi inabarcable, y arrastra una legión de coleccionistas, estudiosos y analistas, cual si de entomólogos o forenses del verso se tratase.

© Juan Ballester

No hay comentarios:

Publicar un comentario