Ha amanecido gris, y sin embargo
mi corazón da brincos de contento.
Día de sensaciones que presiento,
a mi medida justa, hecho de encargo.
Ha amanecido un día triste y largo
impregnado en belleza y sentimiento.
El tiempo pasa sobre mí tan lento
que me adormezco, sueño y me aletargo.
Un día gris, o acaso luminoso
que deja sobre el alma como un poso
de esperanza y vida, de consuelo.
Un día gris que bebo a grandes tragos
soñando con tus ojos, Reyes Magos
que me traerán por fin la luz del cielo.
© Juan Ballester
martes, 7 de julio de 2009
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