sábado, 19 de septiembre de 2009
La poesía de Dylan
Hasta en los discos menos relevantes de la discografía de Bob encontramos canciones dignas de ser tenidas en cuenta, bien sea por su música o por su letra. Es el caso de la esperpéntica Day of the locusts, escrita en el verano de 1970 para el álbum New Morning, y que Dylan nunca ha interpretado en directo ni incorporado a sus discos recopilatorios.
El texto alude al día en que Dylan recibió el doctorado honoris causa en musicología por la Universidad de Princeton, que tuvo lugar el 8 de junio de 1970. Allí fue acompañado de Sara y de David Crosby, a quienes por cierto Bob alude en diferentes momentos de la canción.
El comienzo no puede ser más brillante, y nos trae a la mente una escena de cualquier película de terror de las llamadas serie b:
Oh the benches were steined with tears and perspiration,
the birdies were flying from tree to tree.
There was little to say, there was no conversation
As I stepped to the stage to pick un my degree.
Bancos manchados de lágrimas y sudor, pájaros volando de árbol en árbol, nada que decir, ninguna conversación... Este es el ambiente que se respiraba aquel día en el salón de actos, que más adelante Dylan sigue desgranando con su prodigiosa visión corrosiva:
la oscuridad reinaba por doquier, aquello olía como una tumba...
afuera, los camiones estaban descargando, el tiempo era caluroso, casi 40 grados,
al hombre que estaba a mi lado le estallaba la cabeza
y yo rezaba para que los pedazos no me cayesen encima...
Todo esto da idea de la solemnidad de aquellas ceremonias, de lo estático y podrido de algunas actividades universitarias, de lo mal que se siente Dylan entre birretes y togas y protocolos.
Según parece, aunque esto no lo refleja expresamente la letra, durante un momento apareció una gran cantidad de saltamontes y se fueron a posar en un enorme árbol del campus universitario, con el consiguiente estruendo. Escena de película apocalíptica, que fue la que dio origen al estribillo, que es, dicho sea de paso, un verdadero prodigio en todos los sentidos:
And the locusts sang off in the distance,
yeah, the locusts sang such a sweet melody.
Oh, the locusts sang off in the distance,
and the locusts sang and they were singing for me.
En vista de ese panorama tan desolador y desapacible, no es de extrañar la resolución que adoptó Dylan, que viene reflejada en la última estrofa:
Me quité la túnica, recogí el diploma,
aferré con fuerza a mi novia y nos fuimos de allí,
rumbo a las colinas, las negras colinas de Dakota,
estaba verdaderamente contento de haber salido vivo de allí.
Verdaderamente, una historia digna del mejor celuloide.
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