martes, 22 de septiembre de 2009

¿Qué pasa con España?

¿Qué pasa con España? ¿Qué clase de politicuchos nos gobiernan? ¿Dónde está el periodismo objetivo e independiente?

Estamos sumidos en una de las mayores crisis que se recuerdan, con millones de parados, con un sinfín de problemas, teniendo que escuchar un disparate tras otro en los medios de comunicación, comiendo telebasura a todas horas, y sin embargo seguimos plácidamente repanchingados en nuestras butacas como si esto no fuera con nosotros.

Nuestros políticos son una vergüenza: los que están en el poder, disparate tras disparate, hundiendo las arcas del Estado, sin otro recurso que el dilapidar y subir los impuestos, hasta dejar arruinado el país; diciendo que no pasa nada y desoyendo los informes que elaboran los organismos internacionales en los que se augura un panorama muy negro. No entienden lo que es una política de austeridad, como por ejemplo refundir o suprimir Ministerios (el de Igualdad, sin ir más lejos), o traspasar competencias ministeriales a una señora Vicepresidenta que no hace otra cosa que babosear y mirar por encima del hombro a cualquiera que se atreve a insinuar una crítica al Gobierno, o suprimir Direcciones Generales, o controlar las dietas que cobran esos politiquillos cada vez que salen al extranjero, a costa del dinero de todos los demás, y así cien mil medidas para frenar el gasto público. Un litro de agua esta formado por muchas gotas, y si cada uno vigila su gota, el esfuerzo de todos se acabará notando.
Pero no está mejor la cosa si miramos a la ¿oposición?… ejem, mejor no hablar de un tipo como Rajoy que se empeña en seguir al frente de su partido, sin darse cuenta de que el tiempo es oro y que mientras no se vaya y renuncie para siempre al sueño de la Moncloa, estarán condenados a chupar banquillo de la oposición, y eso, con la que está cayendo, supondría para ellos una doble derrota y para el resto de los españoles una vuelta de tuerca más en esta insufrible tortura que es la actual crisis.
Y ¿Qué decir de los sindicatos? ¿Cómo es que a estas alturas (o bajuras, sería más exacto) no se ha planteado ninguna huelga general para protestar por la destrucción de empleo y las ineficaces medidas económicas (subida de impuestos) que el Gobierno plantea?
Algo huele mal en las altas esferas de los Sindicatos. ¿Cuánto están recibiendo del Gobierno para estar tan calladitos? ¿Qué clase de miserables dirigentes están al frente de unas organizaciones creadas en defensa de los derechos del trabajador?
Y del Parlamento no digamos nada. ¿Nadie plantea una moción de censura, una cuestión de confianza, una sentada a las puertas del palacio de las Cortes exigiendo respeto y transparencia hacia los ciudadanos que los votamos y les damos de comer?

Se mire por dende se mire, toda la política huele mal. Y no se libran ni las Corporaciones Locales. Veamos simplemente lo que sucede en Madrid, con Gallardón y sus Juegos Olímpicos en los que nadie cree. Su megalomanía le lleva a ver distorsionada la realidad, porque, o bien es tonto al no ver lo evidente (y por su expediente académico no tiene pinta de tonto), o bien miente al decir que Madrid sigue siendo la máxima favorita a llevarse los Juegos del 2016. Y la cosa no tendría mayor importancia a no ser porque mantener esa absurda candidatura no es gratis para los bolsillos de los contribuyentes, y al final lo habremos de pagar entre todos los madrileños (y aun los de fuera, porque las multas son para todos).

España es el hazmerreír de Europa. Pretendemos estar en el G-20, y desde luego tenemos derecho a ello, siempre que esa G signifique Gilipollas, porque en eso sí que somos líderes mundiales. Tenemos las leyes más permisivas para los delincuentes, somos un paraíso de corrupción para mafias y tipos sin escrúpulos; nuestras fronteras están abiertas a toda clase de tipos que solo les interesa nuestro país para poder delinquir sin miedo a sufrir cadenas perpetuas o pasar chorrocientos años de cárcel. LA telebasura española huele peor que la de nuestros vecinos de Europa; la crisis internacional tiene en España ingredientes que no se dan en otras latitudes, y mientras tanto los Bancos siguen sin renunciar a sus beneficios y reciben dinero de los políticos, porque al final los partidos les deben muchos miles de millones a los Bancos, y no sea que a éstos les dé por reclamarles sus deudas.

Y podría seguir hablando de la sanidad, de la gripe A, de la (mala) educación en los colegios, de la violencia en todas sus manifestaciones: de género, de número, etc. pero, quien sabe, quizá otro día se vuelva a enfurecer el dragón que todos llevamos dentro y les dedique otra parrafada a estos tipos que nos desgobiernan.


© Juan Ballester

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