miércoles, 2 de septiembre de 2009

Tipología del soneto (XXXVIII)

EL SONETO EN CUANTO A SU CONSTRUCCIÓN TEXTUAL Y A SU SINTAXIS (I)

El soneto, desde el punto de vista de la forma, está distribuido en cuatro bloques independientes (dos cuartetos y dos tercetos), que normalmente se resaltan tipográficamente mediante sendas líneas en blanco que los separan.
Ahora bien, desde el punto de vista sintáctico o gramatical, cada uno de los principios y finales de verso e incluso de estrofa (a excepción lógicamente del comienzo del primer verso y del final del último) pueden coincidir tam­bién con el comienzo o el final de una frase, o por el contrario pueden no respetar dichos límites, bien sea por continuar la frase comenzada en el verso anterior, o por 'invadir' parte del verso siguiente (lo que téc­nicamente se denomina enca­bal­gamiento léxico).
Ello da lugar a una serie de diferentes estructuras gramaticales que se concretan en otras tantas moda­lidades o subespecies de sonetos, que se irán analizando a continuación.


*
Soneto de 4 + 10

Se trata de una modalidad atípica en la cual el primer cuarteto sirve de introducción al tema y el resto del soneto, incluído el últi­mo verso, supone una enume­ración de circunstancias relacionadas con dicho tema.


Ondas que por el mundo caminando
contino vais llevadas por el viento,
llevad envuelto en vos mi pensamiento,
do está la que do está lo está causando.

Dicilde que os estoy acrescentando,
dicilde que de vida no hay momento,
dicilde que no muere mi tormento,
dicilde que no vivo ya esperando,

dicilde cuán perdido me hallastes,
dicilde cuán ganado me perdistes,
dicilde cuán sin vida me matastes,

dicilde cuán llagado me feristes,
dicilde cuán sin mí que me dejastes,
dicilde cuán con ella que me vistes.

(Luis de Camoes)

NOTA: Obsérvese que a partir del 5º, todos los versos co­mienzan por la misma palabra.


*
Soneto de 8 + 6

Se plantea el tema en los cuartetos, y, normalmente tras una pausa fuertemente acusada, se produce la resolución, resumen o conclu­sión del mismo en los tercetos.
Esta división puede resaltarse de varias maneras: mediante cambios de tiem­po verbal (p.ej. presen­te/futuro, pasado/presente, etc); empleando la tercera persona en los cuartetos (a me­nudo con em­pleo de ejemplos mitológicos o his­tó­ricos) y la primera persona en los tercetos; uti­li­zando un tono apostró­fico o de interpelación en los cuartetos que no se adopta en los tercetos, empleando la partícula "así" u otra análo­ga, etc.
Es el esquema predominante en el soneto clásico.


Despoja la hermosa y verde frente
de los árboles altos el turbado
otoño, y dando paso al viento helado,
queda lugar a la aura de Occidente.

Las plantas que ofendió con el presente
espíritu de Céfiro templado
cobran honra y color, y esparce el prado
olor de bellas flores dulcemente.

Mas, ¡oh triste!, que nunca mi esperanza,
después que la abatió desnuda el hielo,
torna avivar para su bien perdido.

¡Cruda suerte de amor, dura mudanza,
firme a mi mal, que el varïar del cielo
tiene contra su fuerza suspendido!

(Fernando de Herrera)

* * *

Como la simplecilla mariposa
a torno de la luz de una candela
de pura enamorada se desvela,
ni se sabe partir, ni llegar osa;

vase, vuelve, anda y torna y no reposa,
y de amor y temor junto arde y hiela,
tanto que al fin las alas con que vuela
se abrasan con la vida trabajosa;

así, mísero yo, de enamorado,
a torno de la luz de vuestros ojos
vengo, voy, torno y vuelvo y no me alejo;

mas es tan diferente mi cuidado
que en medio del dolor de mis enojos
ni me acaba el ardor, ni de arder dejo.

(Gutierre de Cetina)


* Soneto de 11 + 3

A diferencia del caso anterior, en estos sonetos el resumen se realiza solamente en el último terceto. En general sirve lo dicho allí respecto a la forma de resaltar la división del texto.


Que muera yo, tirana, por tus ojos,
y que gusten tus ojos de matarme;
que quiera con tus ojos consolarme,
y que me den tus ojos mil enojos.

Que rinda yo a tus ojos por despojos
mis ojos, y ellos, en lugar de amarme
pudiendo en mis enojos alegrarme,
las flores me conviertan en abrojos.

Que me maten tus ojos con desdenes,
con rigores, con celos, con tibieza,
cuando mis ojos por tus ojos mueren.

¡Ay dulce ingrata!, que en los ojos tienes
tan grande ingratitud como belleza,
contra unos ojos que a tus ojos quieren.

(María de Zayas)

* * *

¡Ay basas de marfil, vivo edificio
obrado del artífice del cielo;
columnas de alabastro, que en el suelo
nos dais del bien supremo claro indicio.

¡Hermosos capiteles y artificio
del arco que aun de mí me pone celo!
¡Altar donde el tirano dios mozuelo
hiciera de sí mismo sacrificio!

¡Ay puerta de la gloria de Cupido,
y guarda de la flor más estimada
de cuantas en el mundo son ni han sido!,

sepamos hasta cuándo estáis cerrada
y el cristalino cielo es defendido
a quien jamás gustó fruta vedada.

(Francisco de Terrazas)

* * *

Horas alegres que pasáis volando
porque a vueltas del bien mayor mal sienta;
sabrosa noche que en tan dulce afrenta
el triste despedir me vas mostrando;

importuno reloj que, apresurando
tu curso, mi dolor me representa;
estrellas con quien nunca tuve cuenta,
que mi partida vais acelerando;

gallo que mi pesar has denunciado,
lucero que mi luz va oscureciendo,
y tú, mal sosegada y moza Aurora,

si en voz cabe dolor de mi cuidado,
id poco a poco el paso deteniendo,
si no puede ser más, siquiera una hora.

(Gutierre de Cetina)


*
Soneto de 12 + 2

Se trata de sonetos en los que el planteamiento del tema se prolonga durante los doce primeros versos, a veces con ausencia de puntos y seguido o puntos y aparte, mientras que el resumen tiene lugar en los dos últimos.


Antes al cielo faltarán estrellas,
al mar peligros, pájaros al viento,
al sol su resplandor y movimiento,
y al fuego abrasador vivas centellas;

antes al campo producciones bellas,
al monte horror, al llano esparcimiento,
torpes envidias al merecimiento,
y al no admitido amor, tristes querellas;

antes sus flores a la primavera,
ardores inclementes al estío,
al otoño abundancia lisonjera,

y al aterido invierno hielo y frío;
que ceda un punto de su fe primera,
cuanto menos que falte, el amor mío.

(Vicente García de la Huerta: El verdadero amor)

* * *

Yo fundo en el arena, abrazo el viento,
escribo en agua, y de la luz del cielo
privar procuro de ordinario el suelo
siempre que aliviar pienso mi tormento.

En medio del invierno helado intento
cubrir los campos de un florido velo,
y trocar en regalo el desconsuelo
y del sol detener el movimiento.

Labrar en un diamante fino quiero
varias figuras con la blanda cera
y hacer gloria el reino del espanto.

Y enternecer con ruegos una fiera,
cuando de Silvia el corazón de acero
procuro que se ablande con mi llanto.

(Pedro de Padilla)

* * *

Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.

Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra a los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.

Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.

Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas
tanto como dejé para tenerte.

(Rafael Alberti: Lo que dejé por ti)


*
Soneto de 13 + 1

Son aquellos en los que se plantea el tema a lo largo de los trece pri­meros versos, con resolución en el décimo cuarto, que suele presentar un tono lapidario o sentencioso. A me­nudo se pro­duce la yuxtaposi­ción de oraciones, sin que aparezca el verbo hasta el último verso. Esta fór­mula fue empleada, entre otros, por Dante en su «Vita nuova», o por Góngora en el soneto humorís­tico a Galicia, que comienza "Pálido sol en cielo encapotado". Se denominan también sonetos enumerativos.
Una variedad de este esquema textual lo constituyen los llamados sonetos caóticos o de enumeración caótica, en donde se vierten una serie de palabras o frases cortas en las que se asocian elementos dispa­res y que apa­rentemente no tienen relación entre ellos, buscando dar la sensación de desorden, al tiempo que confiere un ritmo vigoroso al poema.


+ Soneto enumerativo

Aunque de godos ínclitos desciendas,
y cuelgues de pirámides gitanas
tus armas, con las águilas romanas
y despojos de bárbaras contiendas;

aunque a Jove le des ricas ofrendas,
olores de Asia, plumas mejicanas,
y arrastres las banderas africanas,
y tu nombre de polo a polo extiendas;

aunque ciñan laurel y oro tus sienes,
y gobiernes la rueda de Fortuna,
y pongas con tu gusto al mundo leyes;

aunque pises la frente de la luna,
y huelles la corona de los reyes,
si la virtud te falta, nada tienes.

(Bartolomé de Argensola)

* * *

Rabia mortal, que al corazón condenas,
en duro infierno, a llanto miserable;
veneno, que, con hambre insacïable,
te derramas y extiendes por mis venas;

furioso frenesí, que desordenas
el más maduro seso y más durable;
ira del cielo, fiera e intratable,
violenta cárcel, ásperas cadenas;

monstruo que hielo y fuego juntamente
pones en las entrañas do te crías,
ruïna y pestilencia de la tierra;

enemigo mortal a cuanta gente
el ancho mundo y el infierno encierra,
¿cuándo habrán fin las desventuras mías?

(López Maldonado)


+ Soneto caótico

Esplendores, celajes, rigoroso,
Selvaje, llama, líquido, candores,
Vagueza, faz purpúrea, Cintia, ardores,
Otra vez esplendores, caloroso;

Ufanía, aplacible, numeroso,
Luengo, osadía, afán, verdor, errores,
Otra y quinientas veces esplendores;
Más esplendores, crespo, glorïoso;

Cercos, ásperos, albos, encrespado,
Esparcir, espirar, lustre, fatales,
Cambiar, y de esplendor otro poquito;

Luces, ebúrneo, nítido, asombrado,
Orna, colora, joven, celestiales...
Esto quitado, cierto que es bonito.

(Luis Barahona de Soto:
Contra un poeta que
usaba mu­cho de estas voces en sus poemas
)

* * *

Borrasca, disfrazada en la bonanza;
engañoso deleite de un sentido;
dulzura amarga; daño apetecido;
alterada quietud; vana esperanza.

Desapacible paz; desconfianza;
desazonado gozo, mal sufrido;
esclava libertad; triunfo abatido;
simulada traición; fácil mudanza.

Perenne manantial de sentimientos;
efímera aprehensión que experimenta
dolorosas delicias y escarmientos.

Azarosa fortuna; cruel, violenta
zozobra; sinsabor; desabrimientos;
risa en la playa, y en el mar, tormenta.

(Margarita Hickey: Definiendo el amor o sus contrarie­dades)

* * *

Amar el día, aborrecer el día,
llamar la noche y despreciarla luego,
temer el fuego y acercarse al fuego,
tener a un tiempo pena y alegría.

Estar juntos valor y cobardía,
el desprecio cruel y el blando ruego,
tener valiente entendimiento ciego,
atada la razón, libre osadía.

Buscar lugar en que aliviar los males
y no querer del mal hacer mudanza,
desear sin saber qué se desea.

Tener el gusto y el disgusto iguales,
y todo el bien librado en la esperanza,
si aquesto no es amor, no sé qué sea.

(María de Zayas)

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