9.- Llegada a Camelot
Por fin la dama alcanza su destino, pero la maldición ya se ha cumplido y es solamente un cadáver flotando en una barca a la deriva. Los lugareños la encuentran, la noticia se difunde rápidamente y llega a oídos de Lancelot. Pero lo que este encuentra es un rostro bello e inexpresivo. Y llama la atención el hecho de que, a pesar de su angustia y de su sufrimiento, al llegar a la orilla el cadáver de la dama no ha descompuesto el gesto.
La iconografía de este último episodio de la historia es abundante una vez más. Como singularidad, el artista Arthur Hughes incorpora en la escena un cisne, ave que siempre se asocia con la soledad y la tristeza, mientras que otros añaden tstigos, gente del pueblo que acude a ver a la dama muerta.
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