Amiga botella,
mi fiel compañera
que en noches de insomnio
vienes a aliviar
el triste lamento
de un hombre perdido,
la triste agonía
de un hombre sin paz;
amiga botella,
tú sí que me escuchas,
tú no haces preguntas,
no puedes hablar,
me das tu consuelo,
colmas mi existencia,
me brindas un trago
y ahuyentas mi mal.
Amiga botella,
mi única amiga,
esencia sabrosa
que llenas mi hogar,
me ocultas sus ojos,
me borras su cuerpo,
apagas sus voces,
alejas su faz.
Amiga botella,
tan dulce y querida,
ámame esta noche,
no quiero pensar,
dame tu veneno,
tus suaves caricias,
que esta noche quiero
volverla a olvidar.
© Juan Ballester
martes, 12 de enero de 2010
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