martes, 19 de agosto de 2008

Tipología del soneto (XVII)

TEMÁTICA DEL SONETO

I.- EL SONETO AMOROSO (III)

I.A) Amor hacia el otro sexo (continuación)

+ Definición de la mujer

Es la mujer un mar todo fortuna,
una mudable vela a todo viento;
es cometa de fácil movimiento,
sol en el rostro y en el alma luna.

Fe de enemigo sin lealtad ninguna,
breve descanso e inmortal tormento;
ligera más que el mismo pensamiento,
y de sufrir pesada e importuna.

Es más que un áspid arrogante y fiera;
a su gusto de cera derretida,
y al ajeno más dura que la palma;

es cobre dentro y oro de por fuera,
y es un dulce veneno de la vida
que nos mata sangrándonos el alma.

(Conde de Villamediana)


+ Las edades de la mujer

De quince a veinte es niña; buena moza
de veinte a veinticinco, y por la cuenta
gentil mujer de veinticinco a treinta,
¡dichoso aquel que en tal edad las goza!

De treinta a treinta y cinco no alboroza,
mas se puede comer con salpimienta.
Pero de treinta y cinco hasta cuarenta,
anda en vísperas ya de una coroza.

A los cuarenta y cinco es bachillera,
gansea, pide y juega del vocablo.
Cumplidos los cincuenta da en santera.

A los cincuenta y cinco hecha retablo,
niña, moza, mujer, vieja, hechicera,
bruja y santera, se la lleva el diablo.

(Anónimo s. XVI)

+ Las prendas de la dama

Por esta faz, por esta bella mano
que tan impresa está en el alma mía,
por estos ojos que hicieron vía
dentro en mi corazón a aquel tirano,

por esta boca que igualar en vano
a cosa terrenal presumiría,
y por este color que me desvía,
mirando su beldad, del ser humano,

por esta vaga frente que refrena,
ornada del color destos cabellos,
el vano desear cuando más ciego,

juro que otra beldad no me da pena,
y llamo en testimonio de mí y de ellos,
el cielo, el aire, el mar, la tierra, el fuego.

(Gutierre de Cetina)

* * *

¿Cuál del Ganges marfil, o cuál de Paro
blanco mármol, cuál ébano luciente,
cuál ambar rubio o cuál oro excelente,
cuál fina plata o cuál cristal tan claro,

cuál tan menudo aljófar, cuál tan caro
orïental safir, cuál rubí ardiente,
o cuál en la dichosa edad presente,
mano tan docta de escultor tan raro,

bulto de ellos formara, aunque hiciera
ultraje milagroso a la hermosura
su labor bella, su gentil fatiga,

que no fuera figura al Sol de cera,
delante de tus ojos, su figura,
oh bella Clori, oh dulce mi enemiga?

(Luis de Góngora)

* * *

Quien ve las blancas y hermosas rosas
de mano virginal recién cogidas,
y con diversos tallos retejidas,
guirnaldas bellas hacen y olorosas;

quien gusta de las aves más preciosas
las tiernas pechuguillas convertidas
en líquidos manjares y comidas
süaves, odoríferas, sabrosas;

y quien panales albos destilando
la rubia miel de la amarilla cera,
a lo que al gusto y vista más provoca,

pues tal es de mi ninfa el rostro, cuando
mi vista de la suya reverbera
y bebo las palabras de su boca.

(Francisco de Figueroa)

* * *

Harto ya de alabar tu piel dorada,
tus externas y muchas perfecciones,
canto el jardín azul de tus pulmones
y tu tráquea elegante y anillada.

Canto a tu masa intestinal rosada,
al bazo, al páncreas y a los epiplones,
al doble filtro gris de tus riñones
y a tu matriz profunda y renovada.

Canto al tuétano dulce de tus huesos,
a la linfa que embebe tus tejidos,
al acre olor orgánico que exhalas.

Quiero gastar tus vísceras a besos,
vivir dentro de ti con mis sentidos...
Yo soy un sapo negro con dos alas.

(Baldomero Fernández Moreno: A tus vísceras)

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