viernes, 26 de junio de 2009
Historia en un minuto
Despegó de la barandilla con su característico zumbido. Después de pasarse todo el día camuflado en aquel emplazamiento, era ya hora de buscar algo para comer. Vagó unos segundos entre la oscura noche hasta que encontró una luz salvadora a la altura del tercer piso del bloque de edificios, encaminándose hacia allí con decisión. Trató de entrar, pero era imposible, no había resquicios en la ventana. Desistió momentáneamente de su empresa y pronto halló un lugar accesible, algo más arriba. Aquí la ventana sí estaba abierta y se podía oler la sangre a varios metros de distancia. Se coló sin ser visto y revoloteó inquieto alrededor de la lámpara encendida. Abajo veía a cuatro personas sentadas en torno a una mesa. Decidió bajar hasta ellos tomando las debidas precauciones. De pronto notó que dos manos trataban de aplastarlo y
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